Experimental Rock, Psychedelic Rock, Alternative, Post Rock, Indie
Por suerte, a pesar del innumerable catálogo de bandas que día a día renuevan los géneros musicales y manipulan los formatos y dibujan perspectivas absolutamente inéditas, a pesar de los cambios y las evoluciones y las nuevas lecturas que no paran de nacer por todas partes, hay muchos otros grupos que perpetúan la música del pasado, que siguen haciendo lo de siempre, lo que saben hacer, y eso, amigos, es parte del equilibrio. Sin ello estaríamos perdidos. Así que decimos suerte porque de otra manera nos olvidaríamos de donde venimos, lo que nos convertiría en auténticas balas humanas corriendo por el mundo sin destino. Sin esta proporción el panorama musical iría a la deriva y esta simetría es parte del funcionamiento natural de la música porque, por si alguien no lo sabía, la música es un ser vivo. Por eso damos las gracias por la existencia de Psychic Ills, banda neoyorquina que desde 2003 hace un rock experimental firme y psicodélico que no se olvida nunca de su pasado más inmediato.
En la línea de Wooden Shjips, Black Rebel Motorcycle Club o The Black Angels, las guitarras sólidas y distorsionadas, los solos estirados hasta el infinito y la actitud desafiante y lisérgica al más puro estilo Woodstock, son marca de la casa. One Track Mind (Sacred Bones, 2013) insiste en esta fórmula y ofrece diez cortes cautivadores de rock and roll, distorsión y ensueño pero sin novedades respecto a sus tres álbumes predecesores. El trío de Brooklyn sabe leer a The Black Crowes y a Kurt Vile pero no logra ningún salto cualitativo que les acerque al Olimpo. Es palpable la solidez que está adquiriendo su sonido desde que entró a formar parte de Sacred Bones Records por allá en 2011; hay raíz, hay potencia, hay ganas de desatarse pero al final, Psychic Ills pierde la fuerza por el camino. La mayoría de temas del álbum no acaban de despegar y acaban resultando como siempre, una banda prometedora que quizás precisara una producción más arriesgada y por qué no, un poco más de fiesta y de misticismo. En cualquier caso, un disco más que interesante para pasar un buen rato.
PULSO 